martes, 11 de marzo de 2008

¿HÉROE O VILLANO?

Autora: María Elena Salinas.

Gloria Polanco dormía tranquilamente una tarde de julio del 2001 cuando un comando armado irrumpió en su apartamento y la secuestraron a ella y a dos de sus hijos. Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) se adjudicaron el secuestro y mantuvieron en cautiverio a Polanco durante seis años.

Leer el artículo completo en la página de Univisión.

DESDE CUBA

miércoles, 5 de marzo de 2008

DESDE CUBA

SE EXTINGUEN LAS PALABRAS

Autora: Yohani Sánchez.

He notado, desde hace varios años, que hemos dejado de usar frases conciliatorias como “disculpas”, “perdón” y “lo siento”. Frente a una metedura de pata, preferimos insistir en la torpeza, que reconocer que hemos fallado. Alguien ha inscrito en ese absurdo código de la “hombría nacional”, junto a las risibles frases de “hombre que es hombre no toma sopa, no come dulce, etcétera, etcétera…” algo como “cubano que es cubano, no pide disculpas”.

Recuerdo la hilarante anécdota de un amigo, cuyo dedo fue “aplastado” por el fino tacón de una dama que pasó por su lado. Ante la evidencia de que ella no se disculparía él se le acercó y le dijo “Perdón señora, por ensuciarle la suela del zapato”. A la mujer no le gustó nada la ironía y estuvo a punto de propinarle a su “víctima” otro pisotón en el mismo dedo. Todo por no pronunciar las mágicas palabras que evidenciaban su arrepentimiento ante el error cometido.

Cuántas veces no hemos sido mal atendidos, vilipendiados o ignorados por un camarero que es incapaz de articular algo como “lo lamento, señor”. Una frase como esa no resuelve todo el problema, pero al menos deja la sensación de que no hay alevosía en el mal servicio. Sin embargo, el récord de disculpas pendientes lo tienen los burócratas y los políticos, con ellos hemos pasado este “curso intensivo de no lamentar nada”.

Somos alumnos aventajados de un gobierno que en estos casi cincuenta años de “bailar solo” en la pista de nuestra política, jamás ha pedido disculpas por nada. Nos hemos quedado esperando la necesaria mea culpa por la ofensiva revolucionaria de 1968, por la atrocidad de los mítines de repudio, por la dependencia soviética, por los sucesivos y desastrosos planes económicos que nos condujeron a esta asfixia productiva, en fin, la lista es tan larga y tan dramática que más que un “lo siento” exige un prolongado acto de “autoflagelación pública”.

Pero bueno, ya sé que los políticos nunca piden disculpas. Por eso nosotros, pequeñas copias de ellos, a los que imitamos en la repetición de las consignas y en las poses tribúnicas, también los emulamos en eso de no pedir perdón. Para qué, diría la señora que pisó a mi amigo, ya tenemos el dedo aplastado y por allá arriba ellos no quieren ver que tienen la suela “sucia”.

Fuente: Generación Y.

CARTÓN DE PACO CALDERÓN

Leer los comentarios en el Foro de Paco Calderón.

martes, 4 de marzo de 2008

¡QUIERO MIS ROSAS!

Una corte iraní ordenó a un hombre entregarle a su mujer las 124,000 rosas que le había prometido en concepto de dote luego de que ésta entablara una querella, informó el periódico local E'temad.

La mujer, llamada Hengameh, exigió la entrega de la dote porque "el tacaño" de su marido no era capaz siquiera de invitarla a una taza de café, señala E'temad.

El tribunal confiscó el departamento del hombre hasta que haga entrega de las flores.

Bajo la ley iraní, una mujer puede reclamar su dote en cualquier momento después de la boda o cuando se divorcia.

Éste es un requisito necesario que le otorga validez al contrato matrimonial.

Castigo

Según el periódico, Hengameh decidió tomar esta medida después de 10 años de vida conyugal para "castigar a un marido muy tacaño".

"Poco tiempo después del casamiento, me di cuenta de que Shanin era un amarrete", afirmó la mujer. "Incluso se negaba a pagar por mi café cuando íbamos a un restaurante".

El acusado le explicó a la corte que sólo podía darle a su mujer unas cinco rosas por día y se quejó de que sus "amigos millonarios son quienes le ponen estas ideas en la cabeza".

Pero la corte se mantiene firme: hasta que no compre las 124.000 rosas prometidas, no le será devuelto su departamento, de un valor de US$64.000.

En Teherán, capital de Irán, una rosa cuesta unos US$2. Allí, las dotes suelen ser monedas de oro o propiedades y si un hombre no la paga cuando se la exige puede ser condenado a prisión.

Información e imagen de BBC Mundo.

UN JUEGUITO

Hacer click en la imagen para jugar.

Fuente: Marcianos.com.mx