viernes, 10 de octubre de 2008

IZAMAL CANTA CON LOS BEATLES

El convento de Izamal y el submarino amarillo... No todos los días se puede ver en un escenario a la Big Band de la BBC de Londres en fusión con la Royal Philharmonic Concert Orchestra frente a un vitral de la Virgen de la Inmaculada Concepción.
Es noche de escarabajos. ¿Quién diría que las canciones de un grupo que en algún momento de la historia fue considerado blasfemo —en una entrevista John Lennon dijo que los Beatles eran más famosos que Jesucristo— se escucharían alguna vez en el atrio de los franciscanos?
Aquí, entre la hierba, en una ciudad tan distante a Liverpool, nada ha cambiado. La gente conserva la tranquilidad de sus tardes. Cuando suenan los primeros acordes de la Overture for a Beatle (Eleanor Rigby) un hombre esparce burbujas de jabón en el aire.
Izamal se ha convertido en una ciudad mágica, le han puesto música a sus fuentes, a sus algodones de azúcar y perros callejeros. La gente que no consiguió boleto está sentada en las “butacas” del parque observando el concierto en pantallas gigantes como si viera una serie de televisión en casa. Compra golosinas y se le ve tranquila, como todos los días. Nada ha cambiado.
Más han cambiado los de “fuera”, los de Mérida, los que no pertenecen a este tianguis de comida callejera y artesanías. Adentro, en el atrio, el público tararea con timidez el repertorio de los Beatles, con la almidonada actitud del que ha llegado a presenciar un “concierto”, o tal vez con el desconcierto inicial que causa ver a músicos internacionalmente famosos en un lugar común.
Patricia Eugenia Garma Montes de Oca.
Información e imagen del Diario de Yucatán.

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