martes, 20 de marzo de 2007

EL PRESIDENTE DE MÉXICO

El Presidente Felipe Calderón está pasando por una buena racha. Se puede distinguir en sus relajados modos en los últimos días, su desenvoltura en el podio, sea que se esté reuniendo con el Presidente estadounidense, George W. Bush o en un recorrido por Baja California para dar a conocer nuevos proyectos.

"Disfruto mi trabajo como Presidente", dijo, en una entrevista concedida este viernes a bordo de su avión oficial, al tiempo que sus ojos brillaban detrás de unos anteojos de tecnócrata, sin armazón. "Con todos los problemas y las tensiones, que son enormes, yo estoy cumpliendo un sueño personal para el que me he preparado durante toda mi vida".

El nuevo mandatario tiene razones para sentirse aliviado. Apenas unos cuantos meses atrás, su ligerísima victoria casi lo dejó sin mandato ante los ojos de muchos electores, en tanto su rival de la izquierda, Andrés Manuel López Obrador, amenazó con frustrar su mandato con protestas violentas, argumentando que las elecciones celebradas el año pasado habían sido fraudulentas.

Ahora, según indican recientes sondeos de opinión, los índices de aprobación de Calderón están por encima de 50 por ciento. Ya enterró a López Obrador debajo de una andanada de proyectos y propuestas, relegando a quien otrora fue su ruina al inframundo de los molestos detractores políticos y crónicamente insatisfechos, sepultado muy adentro de los periódicos.


Leer la nota completa en The New York Times.

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